Llega el frio y, con él, el invierno. Vuelve, entonces, la eterna pregunta que año tras año nos realizamos: ¿qué tipo de calefacción debería de elegir? Quizás no salgas de este artículo con el producto ideal ya en el carrito, pero por lo menos esperamos poder ayudarte en esta complicada e importante decisión.
Existen varios tipos que vamos a categorizar en calefacción de gas, calefacción eléctrica, bomba de calor e infrarrojos.
Calefacción de gas.
Es uno de los sistemas más utilizados, nos proporciona una fuente de calor limpia, segura y en muchos casos barata. Tenemos diferentes tipos, desde lo más clásico que casi todos hemos tenido en casa como son por ejemplo las cataliticas hasta algo más profesionalizado como una caldera de gas. Tiene múltiples ventajas este tipo de calefacción. Entre ellas, su amplio rango de funciones: desde calentar una habitación hasta proporcionar la temperatura requerida a la instalación de radiadores. Todo ello siguiendo unas garantías de seguridad. Además, también nos proporciona la seguridad de poder calentar espacios exteriores donde no es posible instalar una toma de corriente o donde prima la forma de instalación más económica.
Calefacción eléctrica.
Posiblemente la más extendida y usada, fácil de mantener y otro punto a su favor, no genera residuos a la hora de producir calor. Aunque bien es cierto que las continuas subidas de luz a las que estamos acostumbrados nos hacen pensar cada vez menos en este tipo de fuente de calor, que comúnmente conocemos como estufas de barras, sobre todo por lo que puede llegar a sufrir nuestro bolsillo. Otro de sus grandes inconvenientes es que no son recomendables para grandes espacios por la dificultad que le supone calentar un gran espacio.
Bombas de calor.
Se trata de un sistema llamativo que resulta poco conocido dentro de los tipos de calefacción existentes. Su funcionamiento responde a un mecanismo que no es conocido por muchos usuarios. La mayoría de las unidades de aire acondicionado que son vendidas incorporan una pequeña bomba de calor que realiza la misma función del aire acondicionado pero justamente a la inversa. Es una opción interesante puesto que permite tener aire refrescante en verano, pero tiene un inconveniente no funciona en lugares muy fríos y el consumo energético es elevado.
Calefacción por infrarrojos.
Descubierta en 1800 como hablábamos en este post de nuestro blog anteriormente, es un tipo de calefacción inofensiva, barata y además directa y ecológica. Generalmente también se le puede llegar a conocer como radiadores de bajo consumo, puesto que calientan sin necesidad de grandes cantidades de energía de la red y es directo.
Como hemos visto, hay que tener en cuenta distintos aspectos a la hora de seleccionar un sistema de calefacción: dimensiones del piso, presupuesto económico, temperatura ambiente, etc. Con todo, esperemos que os sirva para daros más pistas para elegir la calefacción que mejor se ajuste a sus recursos y necesidades.
¡Cada caso es un mundo de hecho no deberías perderte nuestros calefactores de bajo consumo!
1 comentario
Suelo radiante modo refrigeración
mayo 26, 2021 at 9:10 amMuchas gracias por las recomendaciones, felicidades por el blog